GINÉS MORATA


La biología del SXXI
Ginés Morata, Premio Príncipe de Asturias de Ciencia 2007, hoy en el CERPA




El Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica 2007, Ginés Morata, habla de la biología del futuro este miércoles, 5 de marzo, a las 19.30 horas, en el CERPA. El investigador asegura que el ser humano podrá vivir 300 años en el futuro. Es la especulación científica de uno de los biólogos más reconocidos de este país.



Algún día el ser humano vivirá cientos de años con la salud y aspecto de uno de 30. No es ciencia ficción. Es la especulación científica, bien fundamentada, de uno de los biólogos más reconocidos de este país. Ginés Morata (Rioja, Almería, 1945) es Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica 2007, galardón que comparte con su colega Peter Lawrence. Juntos han descifrado lo que se denomina arquitectura biológica de la mosca del vinagre, cuyos genes coinciden con los humanos en más del 60%. Hoy 5 de marzo, Ginés Morata habla en el CERPA sobre la biología del siglo XXI. Vayan y escuchen.



Ginés Morata, profesor del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, y su compañero de investigación desde 1974 Peter Lawrence son un referente mundial en el ámbito de la biología del desarrollo, la que estudia los procesos mediante los cuales los organismos crecen y se desarrollan. Ellos se han centrado en la mosca del vinagre, cuya semejanza genética con el ser humano supera el 60%. Ambos han escrutado los genes que permiten a un órgano ubicarse en el lugar adecuado: por qué un ojo se coloca en el ojo, y no en un brazo. Los avances biológicos progresan tanto que Morata sostiene que en unos siglos se podrá alargar la vida humana en cientos de años. En los gusanos ya se ha multiplicado por siete.

P. Suena raro, pero cierto: ¿se puede estudiar la biología humana a partir de la información genética de una mosca?
R. En la mosca se pueden investigar muchos aspectos de la biología: el diseño animal, cómo se disponen los órganos en el cuerpo, cómo se diferencian unos tipos de células de otros o el desarrollo de tumores, que lo estamos estudiando ahora. En los últimos años se ha secuenciado el genoma de la mosca y al compararlo con el de la especie humana se observa que comparten más del 60% de los genes. Además, la mosca no ofrece ningún límite de experimento.

P. ¿Cuál es la importancia de sus descubrimientos y qué aplicaciones podrán tener?
R. La importancia de lo descubierto por Peter Lawrence y por mí es dar con el diseño genético de los organismos, cómo los genes disponen las diversas partes del cuerpo. El brazo de una persona aparece en un lugar determinado, en la parte alta del cuerpo y a un lado del tórax, no sale de la cabeza, por ejemplo. Los órganos no sólo tienen que aparecer y formarse, sino aparecer en un sitio concreto: el ojo no aparece en el brazo. Un aspecto es cómo se hace el ojo y otro dónde se hace el ojo. El diseño tridimensional de un organismo es lo que hemos estudiado durante años, observando que los mismos genes estudiados en la mosca existen en la especie humana y se encargan de funciones parecidas. Últimamente estoy más interesado en cómo se desarrollan los tumores en las moscas y qué tipo de intervención genética da lugar al desarrollo de un tumor.

P. ¿Y qué se ha podido saber?
R. Lo que se ha podido saber no sirve para tratar ningún cáncer, aspecto que tampoco es mi misión, sino de los médicos. Los biólogos básicos intentamos entender el procedimiento de lo que ocurre y obtener nueva información para que algún día sea útil para los que tratan las enfermedades. Hemos visto que el desarrollo de un tumor necesita que las células que no pertenecen al tumor sean eliminadas por parte de las células del tumor. Éstas las inducen [a las células buenas] a una especie de suicidio. Hay mecanismos biológicos muy interesantes mediante el cual estas células malignas eliminan a las normales, convenciéndolas para que se suiciden por un medio de una interacción que se da entre ellas. Estas investigaciones pueden revelar fenómenos básicos de cómo crecen los tumores.

P. Usted dice que seremos capaces de comprender la totalidad biológica del hombre.
R. Es una especulación mía con la que no todo el mundo tiene por qué estar de acuerdo. Lo digo apelando al progreso de la biología. Ésta es una especialidad del plantea Tierra, en el sentido de que la vida, tal como la entendemos, surgió aquí. No es una cuestión general del universo. Los físicos, por ejemplo, se encargan de estudiar la evolución del universo, las características de la materia, la formación de galaxias... La física es un fenómeno que afecta a todo el universo. En el caso de la biología, la vida es un fenómeno que afecta sólo a este planeta. Si existiera algo parecido a vida en otro planeta, seguramente no tendría nada que ver con la que tenemos nosotros. La biología, en ese sentido, es más local, más discreta, se basa en unos principios que estamos conociendo muy bien. Y el progreso de esta disciplina es tan grande que uno puede imaginar que en el plazo de unos pocos siglos seguramente se puedan comprender todos los fenómenos básicos de la biología. Sin embargo, dudo que se pueda saber mucho sobre el origen del universo, cómo se originó el big bang. Por eso digo que es posible que antes o después el hombre comprenderá todos los fenómenos biológicos.

P. Y si podemos manipular los genes del envejecimiento, ¿pensar en la inmortalidad deja de ser ciencia ficción?
R. Es una especulación bien fundada. No es ciencia ficción si por ciencia ficción se entiende una fantasía no fundamentada en hechos científicos rigurosos. Quizá convendría hablar no tanto de inmortalidad, sino de manipular la duración de la vida. Ya se hace en moscas y gusanos. No es ninguna locura pensar que se podría manipular la duración de la vida en los humanos. No digo que se deba hacer, pero sí que se podrá hacer, porque los genes de la longevidad se han identificado y en el futuro se podrán manipular.

P. ¿Hasta cuánto se alarga la vida de una mosca o un gusano?
R. En el caso de la mosca, el doble. En el gusano, hasta siete veces. Imagínese multiplicar por siete la duración media de los habitantes de Rivas.

P. ¿En condiciones físicas óptimas?
R. En los animales así se ha hecho. No se trata de mantener a ancianos en un estado de letargo, sino que uno no envejezca. Un ser humano con 200 años que tenga la vitalidad y el aspecto de uno de 30.

P. ¿Se ha acabado la evolución humana?
R. La evolución biológica humana ya ha acabado hace tiempo. El hombre es el resultado de un proceso evolutivo que comparte con todos los organismos vivos del planeta. El hombre es una especie única que ha logrado modificar el ambiente y todo el esquema planetario a su medida, bien o mal, pero lo ha hecho. Los factores biológicos que han seleccionado a la especie humana ya no nos seleccionan. Los médicos nos mantienen vivos en circunstancias que si no existiera la medicina moriríamos o viviríamos mucho menos. También hemos modificado el clima en el sentido de que aunque la temperatura ambiente sea de frío, el ser humano dispone de calefacción de en su casa. Se ha modificado de tal forma el ambiente que la evolución biológica, la selección natural de Darwin, ya no nos afecta. El hombre, que ha sido genéticamente modificado por la evolución de millones de años, ya no será modificado por la evolución, pero sí puede modificarse genéticamente por sí mismo con la tecnología que esté a su alcance.

P. ¿Le parece ético?
R. Es un tema muy complicado. Si usted tiene un hijo diabético porque tiene un gen incapaz de producir insulina, ¿le parecería bien que se hiciera una modificación genética para que produjera insulina? Ahora, si me dice, ¿cree que debemos hacer que todos los niños midan un metro y ochenta y sean rubios? Entonces es un tema mucho más discutible. Esto es progreso y conocimiento. Y la sociedad debe utilizar ambos para fines beneficiosos, no perversos.

P. ¿Y manipular la inteligencia para hacer mejores seres humanos: menos violentos, más solidarios, más justos?
R. Es otra posibilidad. Hoy en día no se tienen los medios porque no se conoce la genética de estos comportamientos. La inteligencia, como todo, tiene una base genética muy fuerte y podrá ser modificable. Pero entramos en un terreno más difícil sobre si conviene modificar la inteligencia para hacer seres más listos. Con la violencia, si hay genes que tienen que ver con la violencia, se podrían modificar. Pero es un tema más peligroso y complejo porque hablamos de genes que afectan al comportamiento. No hay un gen específico que diga este señor va a ser violento. Hay un conjunto de condiciones genéticas que propician un tipo de comportamiento u otro.

P. La ciencia, en este país, no es una cuestión de estado.
R. No lo ha sido nunca. A diferencia de otros países, la ciencia no ha tenido apoyo histórico de los gobiernos, como ha sucedido en Gran Bretaña, por ejemplo, con asesores científicos de los gobiernos que no cambian con las elecciones. España, que social y económicamente no está tan atrasada respecto a Francia o Gran Bretaña, sí lo está mucho más científicamente.

P. El futuro de una sociedad depende de la capacidad de conocimiento que genere.
R. Claro. Vivimos en una sociedad cada vez más tecnologizada donde la tradición y el desarrollo científico y técnico es fundamental. Y el país que no elabore esa cultura está condenado a ser un país subdesarrollado.

P. Se debe mejorar mucho el sistema nacional de investigación.
R. España, su gente y sus gobiernos deben darse cuenta de que el conocimiento es riqueza. Culpamos a los políticos de muchas cosas, pero los políticos reflejan lo que es la sociedad. Los científicos españoles no somos más torpes ni más listos que los ingleses. Es el sistema el que permite desarrollar el potencial. La población científica española es pequeña, y la capacidad de progreso, menor. Es un problema histórico. De nuestro atraso no se puede culpar a un gobierno u otro, pero sí ha habido gobiernos con más sensibilidad.

P. ¿Cuáles?
R. El actual gobierno ha demostrado sensibilidad. Y al que hay que agradecer, porque hizo una labor muy buena, fue al primer gobierno de Felipe González, donde se presentaron las bases para el desarrollo científico español.

Ginés Morata.
‘La biología del siglo XXI’.
Miércoles, 5 marzo. 19.30 horas.
Entrada libre.

Noticia original: Nacho Abad Andújar / Fotos: Jesús Pérez

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